“DOLMANCÉ: Contrólate, Saint Ange. Trata de cambiar un poco de posición. Mientras se ocupa de ti, frótala también. Así está bien. Ahora, en esta postura, el precioso trasero de Eugenia se encuentra justo entre mis manos. ¡Qué coincidencia tan afortunada! Creo que voy a frotarla despacio con el dedo… así… ¿qué sientes Eugenia?
EUGENIA: ¡Un placer tan inmenso… que no puedo describirlo!
DOLMANCÉ: Entonces abandónate, querida; abandona todos tus sentidos al placer, sumérgete en esta sensación maravillosa. Deja que tus sensaciones se conviertan en tu dios; sacrifícalo todo a esta forma de vivir, como lo harías en el tipo de “religión” más adecuada.”
Fuente: Filosofía del tocador, Marqués de Sade. Texto conseguible en prácticamente cualquier parte.